domingo, 8 de julio de 2012

“ASHTANGA VINYASA YOGA”

 AUTOR:  RICARDO ORTEGA 



Introducción
Eliminar las impurezas a través de la  práctica continua de los ocho pasos trae discernimiento y clara percepción. Los ocho pasos del yoga son: el respeto hacia otros, el autocontrol, las posturas, el control de la respiración, desapego de los sentidos, concentración, meditación y contemplación.
-Patanjali (Yoga Sutras, II, 28-29)
Qué es el Ashtanga Vinyasa Yoga?
El Ashtanga Vinyasa (en ocasiones escrito como “astanga”) es un acercamiento preciso y sistemático al yoga que enfatiza la fuerza física y la resistencia al ejecutar una serie de posturas de yoga predeterminadas. Estas posturas físicas son conjugadas junto a una serie de sellos energéticos, un tipo especial de respiración y un direccionamiento específico de la mirada. La combinación de todas estás técnicas resulta en una generación de calor y energía que es vigorizante y lleva hacia un acercamiento fluido y dinámico al yoga. Ashtanga, literalmente significa “ocho pasos” en sánscrito. Este estilo de yoga adopta su nombre del camino de ocho pasos expuesto por Patanjali en los Yoga Sutras.
Los Orígenes del Ashtanga Vinyasa Yoga
Los orígenes del Ashtanga Vinyasa son fuente de mitos y leyendas. Se cree que este particular sistema de yoga se origina hace miles de años, no obstante eso, su “redescubrimiento” moderno ocurre hace solo 75 años. Los individuos responsables de traer al Ashtanga Vinyasa a la escena contemporánea son los maestros hindúes Sri Tirumlai Krishnamacharya (1888-1989) y Sri Krishna Patthabi Jois (1915-). Krishnamacharya fue uno de los más destacadas maestros de yoga del siglo XX. Fue el fundador y director de la Escuela de Yoga de Mysore, India, establecida en el Palacio del Maharaja de Mysore; entre sus estudiantes se incluyen  su hijo T.K.V. Desikachar y  B.K.S. Iyengar. Patthabi Jois fue también uno de sus más devotos estudiantes habiendo estudiado en forma particular y en la Escuela de Yoga de Mysore.
 Se cuenta que durante una visita a la Biblioteca Nacional de Calcuta en India, Krishnamacharya  se encuentra con un antiguo texto que describía una serie de posturas de yoga. Este texto: el Yoga Korunta de la saga Vamana Rishi, fue particularmente llamativo ya que no solo describía un grupo de asanas, o posturas físicas de yoga, sino que también un orden y forma exactos en los que debían ser ejecutadas. Se cree que las prácticas descriptas en este texto datan de hace miles de años atrás. Si bien había antecedentes sobre descripciones de posturas individuales dentro de la tradición de yoga, ningún otro texto descubierto hacía referencia a una secuencia completa de práctica.
Actualmente no hay rastros del Yoga Korunta, y se cree que Krishnamacharya es la única persona en la historia contemporánea que ha tenido conocimiento de este.
 
Muchos creen que esta historia es apócrifa. Según Jois, no solo el Yoga Korunta ha influenciado el yoga de Krishnamacharya que él enseña, sino también el Hatha Yoga Pradipika, los Yoga Sutras y el Bhagavad Gita. Jois, en cambio, ha refinado este sistema en una secuencia práctica y dinámica. Jois llama a su sistema Ashtanga, porque según él,  es la representación más completa de los ochos pasos (ashtanga) del raja yoga.
 El Ashtanga Vinyasa Yoga fue llevado a los Estados Unidos en los años 70´ por un trío de jóvenes que fueron a la India en busca de una práctica de yoga auténtica. Cuando un día vieron al hijo de Jois demostrando una secuencia dinámica de ashtanga, sintieron que encontraron lo que estaban buscando. Los pioneros iniciales en 1972 fueron Norman Allen, Davis Williams a quienes se les unió Nancy Gilgoff. Estudiaron varios años bajo la tutela directa de Jois, y luego regresaron a occidente para enseñar. También invitaron a Jois a los Estados Unidos para que enseñara. Desde aquellos tiempos son muchos los que han adoptado al ashtanga yoga como su práctica personal y hacen su peregrinaje a Mysore, India, para experimentar personalmente las enseñanzas con Jois.
Desarrollo
La Teoría detrás del Ashtanga Vinyasa Yoga
 
 Más allá de la posible naturaleza apócrifa de su origen, muchos practicantes de ashtanga creen que el estilo de Jois representa el sistema de yoga más completo y  original. Si ciertamente fuera auténtico, se cree que el manuscrito del Yoga Korunta tendría alrededor de 1500 años de antigüedad. Muchos incluso creen que el Ashtanga Yoga representa la práctica clásica del yoga tal como lo especifica Patanjali en sus famosos Yoga Sutras.
 La palabra Ashtanga deriva del los ocho pasos del raja yoga, que representan el completo espectro de principios del yoga: conducta correcta, acción correcta, movimiento físico, respiración, control de los sentidos, contemplación, meditación y unión con el absoluto.
 
La Práctica
 Las posturas prescriptas en el Ashtanga Vinyasa y el orden en las que son ejecutadas, están especialmente diseñadas para generar un progresivo incremento del calor, la fortaleza y la flexibilidad del cuerpo. Las posturas se van complementado unas a otras para promover un preciso equilibrio entre la elongación y el fortalecimiento físicos y son un ejercicio completo para el cuerpo, la mente y el espíritu.
 Existen seis series de posturas, ordenadas por grado de dificultad, y van desde la “Primera Serie” hasta las más complejas. Las primeras series suelen ser trabajadas en clases grupales, ya que pocos practicantes llegan a las series más avanzadas y cuando ello sucede, se suelen trabajar en clases individuales. Demora entre 90 a 120 minutos ejercitar una serie completa.
 Las clases grupales tienen dos variantes, una es la clase de “conteo” donde el profesor guía a los alumnos a lo largo de las secuencias dinámicas indicando las posturas que todos deben realizar de acuerdo a la serie que esté siguiendo, haciendo correcciones y ajustes necesarias a cada alumno. La otra es la clase “Mysore” que adopta el estilo de enseñanza de Guruji Jois en donde cada alumno individualmente y con su propio ritmo ejecuta libremente la secuencia de posturas de la serie mientras el profesor recorre el salón realizando ajustes y correcciones.
 La clase comienza con una oración de apertura, seguida de una ronda de Saludos al Sol (Surya Namaskar). Los Saludos al Sol son ejecutados con “saltos” para pasar de posturas de pie a posturas de piso y viceversa, marcando el estilo dinámico y fluido del ashtanga vinyasa. Durante toda la clase los alumnos utilizan la respiración ujjayi, aplican los bandhas y dirigen sus miradas según el dristi correspondiente a cada postura. La clase finaliza con una serie de posturas de cierre que incluyen elongación y relajación.
Ashtanga y los Ciclos Lunares
Sabemos que nuestro cuerpo esta formado por un 70% de agua así que las fases de la luna nos afectan directamente. Estas están determinadas por la posición relativa que tiene la luna respecto al sol.
 La luna llena trae las mareas y con ellas las energías son muy fuertes. Existe aquí una mayor lubricación de los músculos y ligamentos, por lo tanto, mayor flexibilidad. Las lesiones que produzcan en estos períodos tardarán más en curarse que en otros. Además nuestra mente está muy activa, dispersa y falta de concentración, por lo que una práctica intensiva nos es recomendable en esta etpa lunar.
 Con la luna nueva las mareas son bajas y se produce una disminución en los fluidos corporales. Como consecuencia las articulaciones están más secas y limitadas. El cuerpo probablemente se siente agotado y la elasticidad se reduce. La energía disminuye y la calma se manifiesta. Es el momento para el descanso y la meditación.
 Lo ideal es realizar ashtanga en medio de los ciclos lunares cuando el flujo de energía o prana está en equilibrio. La práctica constante de ashtanga yoga, no solo nos conecta con nosotros mismo; también nos ubica en correcta relación con el entorno y nos sincroniza con los ritmos naturales del universo.
Vinyasa
 En una traducción directa del sánscrito de la palabra vinyasa, vi significa “ir”, “mover”, “echar hacia delante” o “comenzar desde”, mientras que nyasa significa “colocar”, “plantar” o “postración”. Gracias a su investigación de los orígenes de esta forma de yoga, el gurú Sri Krishnamacharya, y quien entonces era su alumno, Sri K. Pattabhi Jois, actual gurú del Ashtanga Yoga, descubrieron dos factores importantes. Primero, que todas las asanas o posturas están unidas en una secuencia exacta, y segundo, que al entrar y salir de cada asana se produce un número preciso de transiciones sincronizadas entra la respiración y el movimiento.
 
En su libro Yoga Mala, Sri K. Pattabhi Jois detalla el modo en que cada asana comienza con Samasthiti –el alumno de pie, listo para sincronizar movimiento y respiración- y finaliza en idéntica postura, con un número exacto de transiciones sincronizadas, o vinyasas, en medio.
 Estos principios son introducidos desde el comienzo con Surya Namaskar A, que incluye nueve movimientos sincronizados con la respiración.
Ujjayi
 El principio básico de la llamada respiración victoriosa, es que el aire entre y salga del organismo por la nariz, si bien el sonido de no debe provenir de los orificios nasales; si así sucede es porque en realidad la persona está olfateando. Realizar movimientos al ritmo de la respiración supone que los músculos demanden un suministro de oxígeno constante, y para conseguirlo es necesario aumentar el flujo de aire,; sin embargo, si olfateamos no haremos más que restringirlo. Por ese motivo, cada inspiración debe realizarse desde la parte posterior de la garganta, para que los músculos que rodean la glotis incremente y dosifiquen el flujo de aire.
 La fricción que realiza el aire a su paso por la glotis produce el sonido ujjayi, y este roce el que calienta el aire antes de que entre en los pulmones. El sonido ujjayi correcto es similar al que producen las olas del mar cuando bañan una playa pedregosa.  Se podría definir la técnica ujjayi como el estiramiento interno de la respiración.
Por lo general se produce un desequilibrio entre la duración de las inhalaciones y las exhalaciones, por lo cual el objetivo es conseguir la igualdad tanto de la intensidad como de la duración de cada inhalación y exhalación. El segundo estiramiento llega al sincronizar las transiciones entre la respiración y el movimiento, dado que la duración de las transiciones requiere a veces de una inhalación o una exhalación más prolongada.
Bandhas
 Bandha es una de las paradojas que encontramos en el ashtanga yoga. Bandha significa “bloqueo” o “sello”, pero el resultado de activar un bandha es dejar salir la energía oculta de la fuerza vital para luego mover y dirigir esta corriente pránica desde su origen interno a fin de que se incorpore a la red de 72.000 nadis (canales de energía) del cuerpo sutil. Aprender a controlar los bandhas cultiva e incrementa el prana, y a partir de la integración de ujjayi y bandha se consigue una alquimia interna. Y cuando esta alquimia funciona correctamente, la asana se revela desde el cuerpo interior, y el cuerpo exterior refleja aquello que se ha creado dentro.
Mula Bandha: Este bandha es la obturación base o “cimiento”. Se aplica en todo el ciclo respiratorio, pero especialmente al final de la exhalación completa al contraer levemente los músculos del esfínter anal, que desplazan toda la región genital, incluido el perineo, hacia adentro y hacia arriba. Esta acción elevadora de lo que se conoce como suelo pélvico es responsable del apoyo muscular interno de los órganos inferiores del aparato digestivo.
 Mula bandha provee la energía necesaria para conseguir una base de apoyo firme, como los pies, las manos o las nalgas; también actúa como la cerradura de seguridad que protege el cuerpo y obtura internamente el prana para el uddityana bandha. Es difícil activar el mula bandha. Al principio se trata de una acción general que consiste en apretar los esfínteres anales externos e internos, pero a partir de entonces su aplicación se vuelve más sencilla y delicada, y se convierte en una sutil elevación del perineo.
Uddiyana Bandha: Se trata del más dinámico de los bandhas, y se podría traducir como “vuelo ascendente”. Debido a que el uddiyana bandha se relaciona directamente con el funcionamiento del diafragma, desempeña un papel crucial en el desarrollo de la respiración ujjayi. Durante la exhalación, el diafragma se relaja y desplaza hacia arriba, en dirección a los pulmones, para expulsar el aire, mientras los músculos intercostales internos empujan la caja torácica hacia abajo para completar la acción. El resultado es que la pared abdominal se retrae para sostener y proteger todos los órganos internos y la parte inferior de la espalda.
 Este control abdominal aporta una plataforma, o base, para la siguiente respiración. Mientras el diafragma se flexiona hacia abajo, conduciendo la respiración ujjayi hacia los pulmones, los músculos intercostales externos elevan la caja torácica, expandiendo la región del tórax para permitir que los pulmones alcancen su máxima capacidad de absorción de aire. Esta es la acción física de uddiyana bandha, que, cuando se perfecciona, también es un sutil control que deriva en la “inmovilidad” de la zona inferior del abdomen.
Jalandhara Bandha: Se trata del tercer bandha y se activa espontáneamente de una forma sutil durante varias asanas debido al dristi (punto de observación o dirección de la mirada) o la posición de la cabeza. En la realización de Surya Namaskar A (Saludo al Sol A) es donde mejor se demuestra este bandha, ya que la babilla se aprieta contra el espacio que separa los huesos del cuello para poder mirar el dristi correcto: el ombligo. Se trata de un “bloqueo” específico del pranayama, o regulación de la respiración, el cuarto paso del ashtanga.
 Esta obturación evita que la energía pránica escape y detiene cualquier presión que se hubiera acumulado en la cabeza por contener la respiración.
Dristis
 Cada asana del sistema del Ashtanga Yoga contiene un punto de observación en el cual concentrarse. Existen nueve dristis y cada uno tiene la finalidad de conducir la mirada hacia el interior. Son los siguientes:
Nasagrai (la punta de la nariz)
Angusta ma dyai (los pulgares)
Broomadhya (el tercer ojo)
Nabi chakra (el ombligo)
Urdhva (hacia el cielo)
Hastagrai (la mano)
Padhayoragrai (los dedos los pies)
Parsva (lejos, hacia la izquierda)
Parsva (lejos, hacia la derecha)
 Al utilizar la disciplina impuesta por los dristis, la mente se centra y los alumnos aprenden a mirar “hacia adentro”.
Tristana
 La verdadera esencia de Vinyasa se experimenta cuando se alcanza el estado de Tristana, que es la unión de los tres principales centros de atención del Ashtanga Yoga: la sincronización avanzada de la respiración y el movimiento, los bandhas y los dristis. Cuando esta unión florece, una poderosa ola de fluidez y elegancia emerge de la práctica, y la química resultante despliega las energías de los cinco elementos:
Tierra: mula bandha que produce base de apoyo, estabilidad y fuerza.
Agua: la fluidez de Vinyasa que produce sudor.
Aire: la respiración ujjayi y los bandhas que aportan agilidad.
Fuego: el fuego digestivo purificador de agni.
Éter: el sutil prana que todo lo invade
Tristana se alcanza con la repetición; solo así se consigue la familiaridad necesaria para realizar las transiciones y las posturas de forma sutil, natural u elegante.
Conclusión
 El rasgo que verdaderamente distingue el Ashtanga Yoga de otras variantes practicadas en la actualidad es su sistema único de movimiento realizado en las secuencias de posturas (asanas) genera calor y ellos, a su vez, produce sudor.
 El sudor depura y purifica e inicia la liberación de toxinas retenidas dentro de las capas de grasa superficiales del cuerpo. A medida que los alumnos profundizan en esta práctica, las toxinas retenidas en las capas más profundas del tejido muscular y los órganos internos también son liberados, lo cual favorece que el cuerpo se mantenga sano, tonificado y flexible.
 El poder de la respiración es la clave de este sistema de yoga, y, en consecuencia, no podemos subestimarlo. La respiración es energizante, calmante y meditativa; y su volumen, su sonido y ritmo son muy poderosos. Permite que la mente se retraiga en sí misma y, al hacerlo, la une al cuerpo. La aplicación de la respiración, los bandas y los dristis dan origen a  los aspectos físicos y meditativos del ashtanga yoga.
 La práctica en si misma se convierte en una meditación, aunque esto se hace realidad cuando todos los aspectos de la disciplina se unen en armonía.
 Las antiguas raíces del Ashtanga Yoga son un signo de su potencia y efectividad; de hecho, ha demostrado ser uno de los métodos de preparación física y cuidado de la salud que más ha crecido en el mundo actual, especialmente entre personas de entre 20 a 50 años.
 Es fundamental no perder de vista la esencia del yoga, la esencia del ashtanga: un camino de ocho pasos. Actualmente la sociedad moderna focaliza y centra su práctica en las posturas (asanas) y no considera los aspectos primordiales que diferencian al yoga de una práctica de educación física. Será a través del transito por los ocho pasos del raja yoga que los practicantes occidentales podremos beneficiarnos como individuos y como sociedad adquiriendo los aspectos más fructíferos de la milenaria tradición hindú.

Bibliografía
 

Scott, John; Ashtanga Yoga, Gaia Ediciones, Madrid, 2001
Ponce, Gustavo; Dynamic Yoga, Yogashala, Santiago, 2002
Smith, Benjamin; Ashtanga Yoga as Everyday Practice, Camberra, 2004
Schulttz, Larry; Ashtanga Yoga, Nauli Press, San Francisco, 1999
Claire, Thomas, Yoga for Men, New Page, New Jersey, 2004
Internet Blog: Del Mastro, Andres; http://andresdelmastro.blogspot.com/
Internet Sitio: http://www.abserver.es/yogadarshana/
Internet Sitio: http://www.ashtangayoga.info
 

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